A finales de la temporada pasada el Fútbol Club Barcelona estaba para el “arrastre”, iba de mal en peor y nadie confiaba en una pronta recuperación. Sin embargo, y en apenas un año, el Barça se acaba de proclamar campeón de la Copa del Rey, la liga está prácticamente ganada y el 27 de mayo sabremos si también consigue la Champions.
El partido de ayer de final de Copa contra el Athletic de Bilbao fue impresionante. La cosa empezó mal para el Barcelona, que en el minuto 9 ya iba perdiendo por un gol de Toquero y parecía que no acababa de arrancar. Pero entonces, y sin previo aviso, Touré marcó un golazo y el Barça empezó a jugar como solo él sabe: con maestría y precisión. Después del descanso el Barcelona siguió jugando maravillosamente bien y los goles se sucedieron: uno de Mecí (al que no pararon de “acosar” en todo el partido), otro de Bojan (y ya van cinco en esta competición) y por último, y como colofón, un golazo de falta de Xabi. Resultado final: 1-4.
Y sí, este Barcelona tiene unos jugadores fuera de lo normal, pero muchos de ellos son los mismos que había el año pasado así que….¿dónde radica la diferencia entre el actual equipo y el del año pasado? Pues la principal diferencia está en un hombre llamado Pep Guardiola, de tan solo 38 años y candidato al título de “Mejor técnico europeo”, que ha conseguido devolver la confianza al Barça y convertirlo en el grandísimo equipo que es hoy en día. Este hombre ayer, durante la celebración del título, se mantuvo en un discreto segundo plano para no quitar protagonismo a los que él consideraba que eran los grandes protagonistas, los jugadores. Pero sus discípulos se dieron cuenta y corrieron en su busca para mantearlo y lanzarlo al aire cuantas veces hiciera falta. Fue la clara demostración de que Guardiola es el mejor, el artífice del renacimiento del Barcelona como uno de los mejores equipos del mundo.
Fue un partido grande, grande en todos los sentidos. La afición del Athletic estuvo inmensa, maravillosa, animando a su equipo incluso en los peores momentos. Eso es una afición. Los dos equipos jugaron limpio, fueron nobles y nos hicieron disfrutar a todos con el partido. Fue una auténtica final de Copa. Y tras haber levantado el trofeo y haber celebrado el título, los jugadores barcelonistas se acercaron, primero a la grada del Athletic para ovacionarla, y después a la grada culé para celebrar con sus aficionados el primero de muchos títulos.
Este Barça nos está dando muchas alegrías y está donde merece estar….con los mejores y entre los más grandes.
Me despido con una frase pronunciada ayer por Guardiola tras el partido: “Tengo un grupo humano y unos jugadores fantásticos. Yo no juego, los buenos son ellos”. Lo dicho, humildad y elegancia hasta el final.
El partido de ayer de final de Copa contra el Athletic de Bilbao fue impresionante. La cosa empezó mal para el Barcelona, que en el minuto 9 ya iba perdiendo por un gol de Toquero y parecía que no acababa de arrancar. Pero entonces, y sin previo aviso, Touré marcó un golazo y el Barça empezó a jugar como solo él sabe: con maestría y precisión. Después del descanso el Barcelona siguió jugando maravillosamente bien y los goles se sucedieron: uno de Mecí (al que no pararon de “acosar” en todo el partido), otro de Bojan (y ya van cinco en esta competición) y por último, y como colofón, un golazo de falta de Xabi. Resultado final: 1-4.
Y sí, este Barcelona tiene unos jugadores fuera de lo normal, pero muchos de ellos son los mismos que había el año pasado así que….¿dónde radica la diferencia entre el actual equipo y el del año pasado? Pues la principal diferencia está en un hombre llamado Pep Guardiola, de tan solo 38 años y candidato al título de “Mejor técnico europeo”, que ha conseguido devolver la confianza al Barça y convertirlo en el grandísimo equipo que es hoy en día. Este hombre ayer, durante la celebración del título, se mantuvo en un discreto segundo plano para no quitar protagonismo a los que él consideraba que eran los grandes protagonistas, los jugadores. Pero sus discípulos se dieron cuenta y corrieron en su busca para mantearlo y lanzarlo al aire cuantas veces hiciera falta. Fue la clara demostración de que Guardiola es el mejor, el artífice del renacimiento del Barcelona como uno de los mejores equipos del mundo.
Fue un partido grande, grande en todos los sentidos. La afición del Athletic estuvo inmensa, maravillosa, animando a su equipo incluso en los peores momentos. Eso es una afición. Los dos equipos jugaron limpio, fueron nobles y nos hicieron disfrutar a todos con el partido. Fue una auténtica final de Copa. Y tras haber levantado el trofeo y haber celebrado el título, los jugadores barcelonistas se acercaron, primero a la grada del Athletic para ovacionarla, y después a la grada culé para celebrar con sus aficionados el primero de muchos títulos.
Este Barça nos está dando muchas alegrías y está donde merece estar….con los mejores y entre los más grandes.
Me despido con una frase pronunciada ayer por Guardiola tras el partido: “Tengo un grupo humano y unos jugadores fantásticos. Yo no juego, los buenos son ellos”. Lo dicho, humildad y elegancia hasta el final.
Andrea, periodista pixelada.
vizça al barça!
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