sábado, 25 de abril de 2009

Presidentes manipulados


No es la primera vez que un medio de comunicación retoca la foto de un presidente que muestra algo mas de carne de lo que normalmente dejan ver enfundados en sus trajes de diseño.

Algunos de los hombres más influyentes del panorama internacional ya fueron el objetivo de las cámaras en sus baños playeros, y sus torsos al desnudo acapararon todas las portadas. Ese fue el caso de Clinton, expresidente americano. O de Sarkozy, el presidente francés. Eso si, no faltó la ayuda del tan querido Photoshop, que eliminó a golpe de ratón un michelín del mandatario francés.
No todos tenemos la suerte de lucir espectaculares, cual supermodelos, en ropa de baño. Y lo mismo nos pasa a todos, seamos el panadero del barrio o el presidente de la mayor potencia del mundo.

Barack Obama es el último presidente que ha mostrado sus encantos (artificiales o no) al mundo. La revista Washingtonian publica una portada en la que muestra a Obama como uno de los atractivos que ofrece Washington para elegirlo como destino. "Our new neighbour is hot", "Nuestro nuevo vecino está bueno". Este es el titulo que le ponen a esta fotografía...

No cabe duda de que Barack posee un cuerpo bastante más atractivo del que lucían sus homólogos Sarkozy, Putin o Clinton. Sin embargo el presidente de los EEUU tampoco ha escapado del Photoshop. Una piel más brillante y dorada, un fondo negro que resalta más su figura y, como no, un bañador que ha pasado del negro al rojo. Ingredientes suficientes para convertir al mandatario más carismático en uno de los hombres más deseados. Pero, ¿es necesario ser sexy y atractivo para conducir a un país, y al resto del mundo que le sigue, al final de la crisis? ¿es mejor que el jefe del mundo, además de ser eficaz, levante pasiones entre la población? Parece ser que la estética se encamina a dirigir el mundo. Algunos medios se empecinan en convertir a los políticos en modelos. ¿Acaso lo son?
Son muchas las críticas que está recibiendo la revista por esta publicación en la que convierten al presidente en objeto de deseo y en el mayor atractivo de Washington. El caso es que el Washingtonian ha conseguido su objetivo. Está en boca de todos los americanos y del resto del planeta. Y Obama está estupendo. Ya sea de negro o de rojo. Dorado o no.


Nerea, Periodista Pixelada

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